Teoría

Escribir una argumentación no es fácil: por eso te dejamos aquí explicaciones para que brilles con tus textos y exposiciones. No olvides visitar la sección Enlaces de interés para tener modelos de los que aprender.

¿Cómo redactar un texto argumentativo?

Para redactar argumentaciones, así como otro tipo de escrito, seguiremos los pasos siguientes:

1. Tomar notas en borrador: tesis, argumentos, conclusión.

2. Organizar las ideas de una manera coherente.

3. Redactar el texto.

4. Revisar el texto: estilo, aspectos gramaticales, ortografía.

Partes del texto

  • Introducción: en ella introduciremos el tema intentando ser motivadores, creativos, atractivos, para captar la atención del receptor.
  • Opinión o tesis: se aporta un punto de vista personal sobre un asunto determinado de forma clara y precisa.
  • Argumentos y contrargumentos: razones o pruebas que se aportan para defender la tesis.
  • Conclusión: parte final del texto que lo cierra reafirmando la tesis y resumiendo los argumentos.


¿Dónde encontramos los textos argumentativos?

  • En nuestra vida cotidiana. Aparecen oralmente en debates y conversaciones (como cuando intentas convencer a tus padres para ir a una fiesta o a un amigo de que te acompañe a ver una película). Asimismo, los anuncios publicitarios pueden ser textos argumentativos, pues intentan convencernos de comprar un producto, refiriendo, por ejemplo, las ventajas de un seguro médico particular frente a otros. Este tipo de textos, además, emplean la comunicación verbal y la no verbal (mediante imágenes, iconos, etc.)

  • En los medios de comunicación. Además de las muestras de los anuncios, en la televisión, la radio y la prensa escrita aparecen tertulias, cartas al director, artículos y columnas de opinión, entre otros.

  • Los ensayos. En muchas ocasiones son textos argumentativos: el o la autor(a) defiende su opinión respecto a un tema o investigación, validándose en estudios previos.

  • Textos administrativos: las instancias y las reclamaciones.

(Extraído de este blog)

Tipos de estructura

Principalmente encontramos dos tipos de estructuras: 

  • Deductiva o analizante (va de lo general a lo particular: la tesis se sitúa al principio del texto),
  • Inductiva o sintetizante (va de lo particular a lo general; la tesis aparece al final del texto).

En cambio, existen otras estructuras posibles: 

  • Encuadrada o circular (la tesis aparece al principio y se reelabora o repite al final).
  • Paralela  (hay varias tesis a lo largo del texto).

Hay que tener en cuenta que en algunos textos argumentativos, especialmente los periodísticos, la estructura de una argumentación puede ser libre (con la tesis, por ejemplo, en mitad del texto). La claridad y coherencia son sumamente importantes para el lector: si no, es posible que el texto o las ideas de este no se entiendan. Por ello es recomendable utilizar siempre una de las estructuras propuestas.

Tabla extraída de los materiales del IES Don Bosco.

Tipos de argumentos

(Ejemplos de creación propia inspirados en Google)

¿Sabías que...

Aristóteles definió en su Retórica los tres ingredientes indispensables para persuadir con tus argumentaciones a todo tu auditorio? No te olvides de los siguientes tres puntos:

  • Ethos: procura decir la verdad y nada más que la verdad. Investiga la veracidad y la sostenibilidad de tus razonamientos, e incluye en ellos sabiduría y bondad. No intentes engañar y esfuérzate por presentar datos fiables
  • Pathos: conecta con las emociones de tu auditorio. Ponte en su lugar y apela a experiencias y sentimientos compartidos.
  • Logos: utiliza la lógica y la razón a tu favor, de forma que tu tesis sea irrebatible. Tus argumentos deben ser coherentes. No olvides tampoco estar preparado/a para refutar los posibles contraargumentos.

Si quieres saber más sobre la evolución de la retórica griega, y conocer las artimañas de los sofistas para convencer a su público, no dudes en leer Filósofos griegos: de los sofistas a Aristóteles (imagen de la izquierda).

¿Sabes reseñar adecuadamente?

¿Sueles seguir las reseñas de Bookstagram, YouTube, blogs o revistas? ¿Sabías que muchas de las publicadas en Internet están llenas de desperfectos que les restan utilidad? Muchas, de hecho, son inservibles y no son informativas; no cumplen con su propósito. Que no se te pasen estos puntos clave en tus argumentaciones:

-Debes ser objetivo/a. Una reseña debe valer para todo tipo de personas y lectores: piensa que actúa como brújula para quien desconoce por completo el texto en cuestión, por lo que es necesario señalar qué gustos serían afines con el escrito reseñado, como también los contrarios. Piensa que, por lo general, no existe texto que no aproveche o guste a alguien: cada obra necesita un perfil de lector específico, eso es todo. Por tanto, no censures una obra solo porque no encaja con tus gustos particulares. En lugar de "no me ha gustado porque introduce elementos de terror, género que me disgusta", trata de pensar en la variedad de receptores: "a los verdaderos amantes del terror, uno desusado que da la vuelta a los clichés del género, les encantará el libro. Absteneos los reacios al miedo: no es vuestro libro".

-No destripes el final. Es necesario valorar la estructura de la trama (verosimilitud, ritmo, caracterización de personajes, correcta elección de obstáculos y de conflictos), incluido el desenlace, pero debes evaluar su eficacia y su construcción sin aludir a ningún detalle que pueda arruinar el disfrute de la obra.

-Valora el estilo. Muchas reseñas estudian con detalle la construcción de la historia, pero se olvidan de observar aquello que define al arte de escribir, en contraste con otras, como la pintura o el cine: la palabra. ¿La selección léxica es adecuada? ¿Es sugerente? ¿Es rica y variada?

Si quieres tener múltiples ejemplos de reseñas completamente efectivas, no dudes en visitar el blog Sintonía literaria: sus curiosidades, además, no te dejarán indiferente.


No seas falaz

Seguro que a lo largo de tu día a día empleas infinitud de argumentos: para convencer a tu padre para no limpiar aún tu cuarto, para que los profesores cambien la fecha de un trabajo, para decidir con tus amigos el mejor lugar para cenar... Pero, cuidado: evita las falacias, esto es, razonamientos mal estructurados y, en consecuencia, inválidos. Te dejamos las mejores explicaciones de la web.

¿Quieres aprender más sobre falacias? Echa un vistazo a la actividad disponible en la sección de ejercicios,

Tabla autoevaluativa

Para poder comprobar que nuestros textos cumplen con la estructura y las características adecuadas, pertinentes, aquellas que nos permiten denominarlos como textos argumentativos, proponemos una tabla resumen de los contenidos.

Con este recurso es posible autoevaluar nuestra argumentación y discernir si cumple con los estándares esperados.

Recuperado de los materiales de Gencat 

Comparativa entre géneros

¿Dudamos de los límites entre las tipologías textuales?  

A primera instancia, las bases entre un texto narrativo, expositivo, descriptivo y argumentativo son claras; sin embargo, en la vida real los límites se difuminan y en línea general no encontramos construcciones de textos puros (salvo en ejemplos o creaciones artificiales pensadas específicamente para la enseñanza o ejemplificación). 

Por ejemplo: una novela posee en sus dominios la narración de los hechos, las descripciones de parajes y los diálogos entre personajes; asimismo, atendiendo, por ejemplo, a la actividad sobre argumentaciones en textos literarios, puede incluir un texto argumentativo (aunque no sea lo más común). 

Por ello es muy importante tener claro, y de manera visual, cuáles son las diferencias y límites entre las diversas tipologías.

Recuperado de los materiales de Gencat

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